Se ha avanzado mucho desde entonces, la igualdad está más cerca ¡pero no podemos bajar la guardia, y debemos seguir trabajando día a día en todos los ámbitos de la vida!
Felicidades y adelante Mujeres de Mundo!!!
Ordudanik asko aurreratu da, berdintasuna hurbilago dago, baina, hala ere, ezin dugu zeregin honetan gure ahalegina moteldu, eta egunez egun gure bizitzaren esparru guztietan lan egiten jarraitu behar dugu!
Zorionak eta aurrera Munduko Emakumeok!!!
LAS OBRERA DE ARANGUREN (Mi Campanario, 1945)
¡Qué diré de las obreras! La obrera de Aranguren no era mujer descreída, descocada, maldiciente e irreverente. Mucho menos tenía esas formas altaneras y groseras de mujeres arpías, que a veces se encuentran en talleres y fábricas, y de las que huyen los hombres como de las fieras de la selva. La obrera de Aranguren era asidua al trabajo, cumplidora de su deber, amante del hogar y de sus hijos, limpia y recatada y –alguna que otra- hasta piadosa.
Verdad es que algunas jóvenes me proporcionaban disgustos con su asistencia a los bailes cerrados, a “los pianillos”, pero ¿tenían toda la culpa ellas? ¿No era cierto que habían estado trabajando toda la semana y tenían hambre de descanso, de distracciones y de diversiones? ¿Por qué las autoridades no las proporcionaban en la plaza pública del pueblo? ¿Por qué no cerraban aquellos locales como antihigiénicos?
La razón me la confesó paladinamente quien mejor la conocía.
–Usted tiene razón, pero las sisas… los ingresos…
¡Desgraciados los pueblos que han de soportar autoridades que anteponen las sisas a la moralidad y a la higiene!
En justicia y en su alabanza he de afirmar que era muy rara la obrera de Aranguren que no cumplía con el precepto pascual, y que el día de la Inmaculada lo celebraban como fiesta de su patrona, con gran fervor y acercándose a la sagrada mesa. Testigo de ello era Don Juan Eguía, celoso coadjutor de la Parroquia, quien, siempre complaciente, me ayudaba a oír confesiones, tanto de las obreras como de los niños.
Federico de Zorrozúa